jueves, 26 de abril de 2012

Y se desvanece entre mis sabanas el deseo, diluyéndose entre mis sueños, cada madrugada es menos mi necesidad de ti, cada amanecer es menos el recuerdo de ti, y, me he sorprendido al darme cuenta que ya no eres el punto a donde necesito llegar.  Ya no eres mi oasis en el desierto, ni quiero que seas mi la sonrisa de mis lagrimas, en verdad no se que esperar, pero mi esperanza sigue aquí, no se que pedir pero sigo orando por ti, no se en que creer pero sigo teniendo fe.   Sujetos apenas mis días  del alfiler de la incertidumbre y lo que puede ser, transcurren lentamente entre las semanas y los meses del año que esta por cumplir.  Cuanto tiempo ha que no estas, cuanto tiempo habrá que esperar, cuanto tiempo habrá matar, cuanto tiempo habrá que escuchar deslizando sus inclementes horas entre la maraña de pensamientos que no atinan a nombrarte para no recordar.

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