martes, 22 de mayo de 2012

Esta semana pasada, 11 de mayo, 5 a.m.  intento de asalto, intento de secuestro... mi casiex sufrió en carne propia el horror de estar en manos de delincuentes, alcanzó llegar a su casa, su hermano, logró sacarlo de esta situación, los maleantes se retiraron no sin antes amenazarlos, agradezco a Dios por su vida.  Situación difícil esta de vivir en una Ciudad insegura, temor, miedo, angustia, llanto, el no saber que decir, que hacer, como actuar, el tiempo poco a poco va sanado, va curando y los días se suceden en su tan confortable rutina, en su acostumbrado concurrir de las horas...no había apreciado lo bello de la acostumbrada rutina, no te das cuenta de lo bendita que es hasta que, algún evento rompe con ella y te hace vulnerable.  Tuvo que ir a mi casa, dormir en la recamara de mi nena, es raro, yo que en un principio de este largo e interminable año que no acaba de llegar a su fin, que tanto te necesitaba, que tanto deseaba tu regreso, que tanto te esperaba... ahora no puedo vivir contigo, ya no sé compartir mi espacio contigo, me siento rara, desubicada, como que no encuentro mi lugar en mi propia casa.  Eres un extraño durmiendo y viviendo en mi casa, no puedo llamarte invitado, no puedo decirte inquilino, no eres mi marido, no eres mi amigo, ni mi compañero, ni mi camarada... que extraña sensación...me obligué a ser independiente, me obligue a no quererte, a no necesitarte, a no amarte que ahora me son extraños estos sentimientos.  Es raro cocinarte, es raro atenderte, es raro despertar y verte por la mañana, es tan irreal el esperarte por la noche y darte la cena, darte las buenas noches y no ver que te marches, me inquieta el acostumbrarme de nuevo a tu presencia, me inquieta el dolor que sentiré el día que tengas que marcharte de nuevo.  No entiendo, no logro captarlo, duele saber que todavía te amo.