Me miras, desde tu trono,
Sentada, serena, impasible,
Tus rasgos indefinidos,
Tus ojos, líquidos, profundos, grandes,
No se si eres vieja amiga o nueva conocida,
Te acercas, a mi lado te tumbas,
Te dejas caer en un leve suspiro, que se parece
Más a un quejido,
Te abrazo, junto a mi pecho
Te quiero tener,
Tu aliento me conmueve, me complace,
No quisiera, pero como te deseo,
Tus frías manos me recorren, y me estremecen,
Voy cerrando mis ojos, esta dulzura se me antoja
Tan marga,
Esta tranquilidad se me forma tan angustiante,
Entre torbellino de lágrimas a punto de derramarse,
De sollozos que no pueden contenerse,
De ahogadas palabras, de entre mis manos se escapa,
Entre mis manos se va, como la suave arena del mar,
Quiero besarte, no puedo evitarlo,
Sé que ese beso será el principio del final,
Pero quiero beberme el amor que no puedes darme,
Quiero no quererte, pero te deseo, dentro de mí,
Aunque eso me signifique morir…
No te vayas, aún no te vayas,
Quiero que seas tú,
Quien por último observe mi mirada,
Quiero colgar en ti mi último respiro,
Ciérrame tú los ojos,
Dentro de su sueño profundo,
Se tú dulce sueño agónico,
Quien tome mi mano, me lleve
Y guíe al Estigia,
Súbeme tu a la barcaza
Y sé tu quien me despida,
Se tú la navaja afilada,
Que parta en dos mis venas,
Se tú el liquido ambarino,
Que cierre mi garganta,
Se tú la soga que desate mi realidad,
Se tú el abismo que se abre a mis pies,
Se tú el viento que ondea mi vestido,
Se tu el suelo con el que chocan mis sueños…
No me dejes dulce muerte, no me sueltes dulce muerte,
Muy a mi pesar, como te deseo,
Muy a mi involuntaria necesidad, como te quiero…
Tendré que hacer cita con el psiquiatra...no me queda de otra que enfrentarlo cara a cara y de una vez saber que es lo que mi psique se trae entre manos...
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una noche de las mil...